La botella Nº 29: El escándalo en Grupo Volkswagen: la mentira como herramienta de venta… ¿y de vida?

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Grupo Volkswagen en el Salón del Automóvil de Frankfurt 2015

Alemania es la locomotora de la unión Europea. Y es el líder indiscutible de la industria automovilística mundial. Son legendarias sus marcas, siempre asociadas a la ingeniería alemana, sinónimo de calidad y de alto nivel tecnológico. Son el escaparte de lujo y de avances en materia de la I+D+í. Uno de los pesos pesados es el Grupo Volkswagen. Es el mayor constructor de automóviles del mundo: dispone de 45 fábricas en 20 países: Alemania, Argentina, Bélgica, Brasil, China, España, Eslovaquia, Estados Unidos, Francia, Hungría, India, Italia, Israel, Malasia, México, Polonia, Reino Unido, República Checa, Rusia, y Sudáfrica, y está presente en 150 países con organizaciones comerciales propias. En 2013, según “Booz & Company”, Volkswagen ocupó el primer lugar entre las empresas más innovadoras del mundo.

Y de repente este fin de semana cayó un jarro de agua fría al orgullo alemán. La innovación tecnológica del Grupo Volkswagen también incluía la instalación ilegal en sus coches equipados con motores 2.0 TDI un software que detectaba que el vehículo está siendo sometido a un test anticontaminación para modificar los parámetros de combustión para pasar sin problemas las pruebas de homologación. Pero en circulación cotidiana sus emisiones de óxidos de nitrógeno son hasta 40 veces superiores a las permitidas. La investigación prosigue con la máxima expectación e incredulidad. Están afectados 482.000 automóviles, modelos matriculados entre 2009 y 2015 de Volkswagen Golf, SportWagen (el Golf familiar), Jetta, Passat y Beetle, además de algunos Audi A3. Todos ellos están equipados con el conocido motor 2.0 TDI de 140 CV.

La colaboración técnica de una prestigiosa universidad norteamericana ha ayudado a destapar el fraude. La EPA norteamericana está valorando en estos momentos qué acciones legales tomará en próximos días. De momento Volkswagen tiene prohibido vender sus coches diésel en EE.UU. Suponen el 25% del total de sus ventas en Norteamérica. Hoy sus acciones han llegado a caer de forma estrepitosa hasta un 30%. El Grupo Volkswagen se enfrenta a una multa de 18.000.000.000 de dólares.

http://www.elmundo.es/motor/2015/09/21/55ffc6fc46163ffd2a8b4577.html

Si nos paramos a reflexionar sobre la noticia, podemos ver que el complejo entramado tenía el mismo fin que las estafas de cualquier organización criminal: obtener beneficios de forma ilícita, utilizando herramientas tecnológicas para estafar a gran escala. El personaje ficticio de Don Vito Corleone, el hombre más poderoso de la Cosa Nostra en Estados Unidos, parece un travieso personaje de la saga de “Tom y Jerry” en comparación con los auténticos ejecutivos de la mayor multinacional automovilística del mundo. Cuando uno se entera de estafas de semejante alcance y profundidad, queda perplejo. ¿Es verdad todo esto lo que sale a la luz ahora?

Mucho me temo que sí. Lo acaba de confirmar también el CEO de la multinacional Martin Winterkorn, lamentando el incidente y alegando un completo desconocimiento de la instalación de este software en sus vehículos. Al parecer tampoco estaban al corriente hace un año sobre las «conductas ilícitas» de su grupo en España. Todavía está candente la condena impuesta a Grupo Volkswagen por la creación del cartel que tuvo incidencia económica en los compradores de coches, que no pudieron beneficiarse de mayores descuentos o mejores condiciones comerciales y que adquirieron los vehículos de la marca alemana en condiciones menos ventajosas que en un contexto de libre competencia. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia demostró que los concesionarios del Grupo Volkswagen mantenían acuerdos de precios y de ofertas pactadas desde 2006 y hasta 2013.

Qué pena que en Europa los políticos y los grandes ejecutivos nunca saben nada sobre lo que está pasando en sus respectivos partidos políticos o en sus empresas. Siempre se enteran de los escándalos a posteriori y a través de la prensa. ¿Se reflejará semejante falta de control y el total desconocimiento en la nómina y en los incentivos anuales?

La cuestión no es solamente la conducta “no ejemplar” de una determinada empresa automovilística que, por cierto, ha afectado hoy en el parqué bursátil alemán la cotización de Daimler y de BMW. Los inversores se preguntaban si las prácticas ilegales en el mercado norteamericano eran exclusivas del Grupo Volkswagen, o se trata de algo mucho más generalizado y practicado también por otras empresas. Yo voy más allá en mi reflexión y quiero preguntar en voz alta: ¿qué Europa estamos construyendo?

El descubrimiento de que Grecia ha estado falseando sus cuentas públicas ante Bruselas era un secreto a voces. El año pasado quedó oficialmente confirmado que el país heleno no cumplía los criterios de Maastricht cuando se incorporó en 2001 a la moneda única. Hoy Grecia está pagando las consecuencias, proyectando una sombra de duda sobre todas las economías de la zona euro. ¿Ahora resulta que también los buques insignia de la industria europea del sector privado están practicando los mismos métodos de determinados funcionarios corruptos? ¿Después de las hipotecas suprime y acciones preferentes de la banca toca el turno a la industria de automóvil?

Creo que el impacto de la penosa noticia para cualquier europeo sobre el escándalo que afecta al Grupo Volkswagen debe despertar la sociedad civil del sueño letárgico de la indiferencia y conformismo. Las consecuencias de la convivencia con la falsedad a gran escala en todas las facetas de la vida son devastadoras. Lo hemos visto en la crisis institucional con Grecia, en la política farisea con los refugiados sirios, en la doble vara de medir con los países del Este de Europa y Rusia. Incluso se descubrió que la Comisión Europea estaba basando sus políticas de austeridad y recortes en los trabajos de dos autores, economistas de la Universidad de Harvard, que habían manipulado claramente los trabajos supuestamente científicos sobre los cuales se basaban aquellas recomendaciones. Y no pasa nada. La sociedad europea está inmersa en la degradación política, moral, social e económica.

En realidad los europeos ya hemos perdido la batalla política por los ideales europeos. La Comisión Europea traiciona sistemáticamente el espíritu europeo, sus principios, sus leyes y su razón de ser. Europa ya no es una casa común para todos los pueblos. Es una tapadera para el ineficaz e impotente monstro burocrático que devora cada día más recursos, incapaz de esconder su sordera, su miopía, su impotencia y su casi nula efectividad. No tiene ninguna autoridad real sobre los 28 miembros. No puede mandar, no puede incentivar, no puede convertir la UE en los Estados Unidos de Europa. Y si no puede hacerlo, ¿entonces de qué unión estamos hablando? Solo se alimenta para crecer como un temor maligno.

La democracia y relativa prosperidad en Europa están funcionando únicamente en el marco de continuo crecimiento. El último bastión es el poder económico, la altamente cualificada industria europea que se levantó con el dinero de “Plan Marshall” después de la Segunda Guerra Mundial. Hasta ahora ha sido la clave en el posicionamiento mundial de la unión Europea.

Si finalmente el poder económico europeo será arrebatado por la corrupción, por la mala praxis o por falta de una coherente política económica común expansiva, estamos predestinados a volver en los oscuros tiempos cuando Europa había sido devastada por guerras sanguinarias, cuando se perseguía a la gente por razones ideológicas, religiosas y étnicas, cuando la sociedad se dividía en dos clases: los que tenían todo y los que no tenían nada.

Es la triste lectura que hago yo mucho más allá de las simples multimillonarias cifras de la estafa del Grupo Volkswagen. No soy partidario de linchar a los ideólogos y autores materiales de esta trama. Al fin y al cabo la corrupción es humana, pero más humana es la lucha contra la corrupción. Y de todas las corrupciones habidas y por haber me preocupa más la corrupción moral de aquellos que no necesitan el dinero para vivir bien. Simplemente se corrompen, roban y estafan por la avaricia, poniendo en riesgo a su propio hogar.

¿Y qué opina mi querido lector?

Para más información:
La botella Nº 46: Localizado un nuevo software “extraño” en los vehículos diésel Volkswagen previstos para la venta en 2016. Y el Grupo Volkswagen ficha a una nueva estrella para la defensa.
La botella Nº 45: La estafa del Grupo Volkswagen y la revolución de los fiscales europeos
La botella Nº 41. El origen del fraude del Grupo Volkswagen
La botella Nº 40. El fraude del Grupo Volkswagen: ya está disponible la consulta On-Line de Volkswagen para los afectados
La botella Nº 39. El golpe de gracia que puede hundir el Grupo Volkswagen
La botella Nº 38: La Estafa: ¿Y si el Grupo Volkswagen está preparando una quiebra ordenada?
La botella Nº 37. La Estafa del Grupo Volkswagen: ¿Cómo saber con mayor certeza si estoy afectado?
La botella Nº 36: Volkswagen España: el triste ejemplo de un doble fracaso.
La botella Nº 34: La estafa del Grupo Volkswagen o…. ¿Qué estafa? Está todo OK.
La botella Nº 33: El Grupo Volkswagen no detalla la lista completa de marcas y modelos afectados tal y como se esperaba. ¡Y Suiza prohíbe la venta de coches afectados!
La botella Nº32: la profunda Decepción con el Comunicado oficial del Grupo Volkswagen
La botella Nº31: El fraude del Grupo Volkswagen: el número de la bestia EA189: nuevos modelos afectados y la desatención de la marca en España.

5 comentarios en “La botella Nº 29: El escándalo en Grupo Volkswagen: la mentira como herramienta de venta… ¿y de vida?

  1. Y ahora tendremos que esperar el «apañó» politico-industrial, para ver que se hace con todos esos coches afectados. Compras un coche que a anuncia ser cumplidor de la normativa anticontaminación y resulta que te venden otra cosa. Yo tengo adquirido un vehículo con ese motor y hace tan sólo 6 meses. ¿ obligarán a modificar el software y/o colocar algún dispositivo que produzca un mayor consumo o una reducción de potencia?
    Quien nos dice que al tener un vehículo «apestado», no podré venderlo nunca seré revisado en las ITV de forma extremadamente exhaustiva?
    ¿Quien nos ayudará a los que confiando en una marca y en unos políticos que supones exigen cumplir las normas, ahora nos dejan un vehículo que incumple normativas,que yo he pagado como bueno y dentro de la norma?
    Seguro que habrá un acuerdo para que esos coches sean modificados y con el objetivo de que se retiren pronto del mercado y los de VW vendan otros nuevos, que compensen sus pérdidas.
    Estamos siempre desamparados como consumidores de buena fe.

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