La botella Nº 121: “La verdadera Musa de Enzo Ferrari”

La musa de Ferrari

El próximo lunes la casa de subastas florentina “Maison Bibelot” pondrá a la venta las cartas y los secretos de Enzo Ferrari y Fiamma Breschi. Siempre he pensado que hay algo muy triste y desagradable en subastas de objetos de famosos ya fallecidos. Especialmente cuando se trata de algo tan personal como las cartas. No son los propios muertos que ponen en venta sus recuerdos, sus pensamientos y sus sentimientos más íntimos. Y las pruebas del amor que han vivido, del cariño que han sentido y de la ternura que han tenido nunca deben convertirse en objetos de colección de algún fetichista. Quizá por eso he decido contar hoy la verdadera historia de su relación: un triángulo amoroso imposible entre un marido fallecido, una mujer rota por el dolor y un hombre enamorado de ella hasta la muerte…

Es una hermosa historia de amor, de pasión y de tristeza con tintes de un verdadero drama. Aquí hay de todo: relaciones imposibles, familias abandonadas, muerte prematura y el amor solitario de una mujer y de un hombre…

El piloto del Cavallino, Luigi Musso tenía 27 años cuando conoció a Fiamma Breschi de 17. Él era la estrella emergente del automovilismo italiano, estaba casado y tenía dos hijos. Ella era una jovencita florentina muy atractiva, vinculada al mundo de competición automovilístico. Fiamma Breschi fue siempre una gran apasionada de automóviles deportivos. Sabía conducirlos y desde los 14 años ya soñaba con derrapes, subvirajes y contravolanetes.

Pero en el circuito ella encontró algo más que el simple placer de conducir. El fogonazo de la pasión entre Luigi y Fiamma surgió de noche a la mañana y pronto se convirtió en el profundo amor. Un amor inesperado para ellos, pero tal vez previsible para los demás. Juntos formaron una de las parejas más atractivas del famoso circuito italiano. Luigi Musso decidió dejar a su familia para casarse con Fiamma, 10 años más joven que él. Querría tenerla a su lado en todo momento y no estaba dispuesto que nadie se interponga en su camino. Nadie, excepto la muerte.

El fatídico 6 de julio 1958, cuando el piloto murió en el circuito de Reims, Fiamma intentó tirarse desde la ventana del hotel, siendo agarrada por la compañera de Juan Manuel Fangio, Beba, y por la mujer de Maurice Trintignant, Lulú. Estas dos mujeres la salvaron del suicidio.

Después de perder trágicamente a su marido Fiamma Breschi no encontraba más sentido a su vida. Hasta que comprendió que de los dos amores le quedaba todavía el del circuito.  Y con el paso de tiempo ella se convirtió en una de las figuras femeninas más fascinantes de la Fórmula 1, la mujer que creó el alma y el estilo del Cavallino Rampante, el símbolo de la marca italiana Ferrari. Así fue como conoció a Enzo Ferrari, conocido entre los seguidores de Ferrari como “Il commendatore”.

Perdidamente enamorado de ella, el empresario multimillonario y piloto automovilístico por antonomasia le escribió infinidad de cartas de amor pidiéndole que se casara con él. Pero Fiamma fue incapaz de olvidar a Luigi Musso, el gran amor de su vida. Él y sólo él seguía siendo su marido incluso después de la muerte.

Pero Fiamma Breschi supo convertir el amor de Enzo en una relación que podríamos llamarla como profunda e íntima amistad. Fiamma y Ferrari hablaban horas y horas al teléfono. Se escribían diariamente: “Me mandaba cartas todos los días, a veces más de una”, manifestó la musa de Ferrari. Se veían en diversas ciudades y a menudo en Florencia, la ciudad de Fiamma: “Venía a comer a mi casa. Hizo crear en 1976 una copa con el Cavallino en homenaje a mi madre con esta dedicatoria escrita en el trofeo: “A Clorinda, la cocinera más brava del mundo’”. Esta copa forma parte de la subasta.

Así Fiamma se convirtió en la consejera y amiga inseparable del fundador de la Escudería Ferrari y más tarde de la marca de automóviles más famosa del mundo. Conocida como la señora de la Fórmula 1, precisamente ella creó el alma y estilo del Cavallino Rampante. “La señora del paddock” participaba en la elección de los pilotos, consejos para las líneas y colores, contribuyendo decisivamente en la creación del estilo de la firma de Maranello.

Durante muchos años la musa de “Il commendatore” conservaba en su caja fuerte las cartas íntimas de amor, joyas, pinturas y recuerdos del mundo de motor. Las cartas y medallas del piloto Luigi Musso, fotografías, libros, recuerdos y curiosidades del amor relámpago que han vivido los dos en el circuito. Estaban también las cartas de Enzo Ferrari.

Entre ellas las innumerables proposiciones de matrimonio. Enzo trató de quitar la importancia a la diferencia de edad entre ellos: 36 años. “Il commendatore” intentó incluso a convencer a su mujer, Laura Garello, para que lo dejara libre. Pero ni Laura ni Fiamma aceptaron el desesperado intento de Ferrari por confirmar oficialmente su aventura amorosa con la que durante tantos años fue su musa. “Me lo pidió casarse con él hasta que se murió en el 1988, pero yo siempre le dije que no. Nunca estuve enamorada de él. Mi único amor fue Luigi Musso, aunque con Enzo Ferrari tuve una relación maravillosa”, declaró Fiamma en una de las poquísimas entrevistas que concedió a los medios de comunicación.

La musa de Enzo Ferrari siempre fue una mujer culta, con una personalidad poliédrica, que anticipó modas y tendencias. Su casa reflejaba también esa personalidad: Chanel, Ferrè, Cavalli, Krizia y Armani. Mantenía una equilibrada mezcla entre antiguo y moderno, tradición e innovación. Fue artífice, aunque con gran discreción, de un mundo tan complejo, como el de la Fórmula 1, un mundo tan glamuroso y tan mezquino al mismo tiempo.

Fiamma Breschi falleció el 20 de noviembre 2015 en Florencia, a los 81 años. Siempre bajo la atención de los focos, su vida merecería el guion de una gran película. No una subasta. Que lastima…

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